Es curioso como la música se mete en nuestras vidas de un manera tan radical como lo hace, ninguna otra forma de expresión artística es tan compañera de los seres humanos como la música, ya que esta nos acompaña en todas las etapas y momentos de nuestras vidas, no importa si son alegres o de tristeza la música esta allí para marcar lo que ocurre con arpegios que perduraran en nuestros subconscientes por el resto de nuestros días.
Y es que es natural asociar épocas de nuestra existencia a la música.
Una de las mejores herramientas para enamorar a La humanidad es la música.
Recientemente he comprobado,que si logras crear el equilibrio entre el sentir de la canción y las situaciones que compartes con tu pareja te parecerá que todas las canciones están escritas para ti, y es que si lo ves con la mente abierta en efecto lo están, las situaciones que el escritor ha planteado en su composición en la mayoría de los casos son vivencias de vida, que cualquiera puede experimentar, eso es lo precioso de la música que sus letras y su música se adaptan sin problema a la situación que el ser humano quiera vivir en el momento.No solo para el amor sirve la música, como instrumento terapéutico es la mejor de las medicinas, cuando estamos tristes por una perdida, cuando la depresión se hace cargo de nuestras almas, una buena canción es la mejor de las medicinas, la capacidad de la música para alejar la pena de la gente es inmensa.
En fin la música es medicina para alma, de la mejor que hay, no hay edad para disfrutar de ella y aunque hayan ritmos que no nos gustan de seguro a otras personas si las mueve, lo que si les garantizo es que no hay nadie en este mundo que no disfrute de algún tipo de música, cultivemos este bello arte, y nunca es tarde para aprender a tocar algún instrumento es lo mas relajante del mundo, lo recomiendo.
Curemos nuestras almas .. Gracias de ante mano ... :-)*****
Dedicada a todas las mujeres.
Dedicada a mi sobrinita .
Dedicado a l@s nostagic@s de Izotz .
1 parte .
2parte .
3parte .
4 y ultima parte
Fin ....
